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Las clarisas, nacimos gracias a la acción del Espíritu Santo, que inspiró a San Francisco y Santa Clara  a dar vida a una nueva orden contemplativa en la Iglesia en 1212.

La forma de vida es sencilla, en lo esencial, la misma desde nuestra fundación. Los pilares sólidos donde fundamentamos nuestra vida son:

Más sobre la historia de la Orden

TRABAJADORAS

como cualquier mujer

“¡Oh, pobreza bienaventurada, que da riquezas eternas a quienes la aman y abrazan! ¡Oh, pobreza santa, por la cual, a quienes la poseen y desean, Dios les promete el Reino de los Cielos, y sin duda alguna les ofrece la gloria eterna y la vida bienaventurada! ¡Oh, piadosa pobreza, a la que se dignó abrazar con predilección el Señor Jesucristo… “ (1 Cl,15-17)

Sin nada particular, sino todo en común. Así vivimos, también pensamos en común cuando trabajamos, sabiendo que los resultados son el fruto de la comunidad como unidad y no el esfuerzo particular de cada una. Poniendo al alcance de las hermanas todos nuestros dones, proyectos y ganas de construir el Reino de Dios, construyendo la Comunidad.

“Yo, el Hermano Francisco, pequeñuelo, quiero seguir la vida y la pobreza del Altísimo Señor Nuestro Jesucristo y de su Santísima Madre, y perseverar en ella hasta el fin; y os ruego, mis señoras, y os doy el consejo de que siempre viváis en esta santísima vida y pobreza. Y protegeos mucho, para que de ninguna manera os apartéis jamás de ella por la enseñanza o consejo de alguien.” (Regla VI,7-9).

Santa Clara y San Francisco nos iluminan, su doctrina de pobreza alegre, de entrega incondicional, de hacer de la propia vida, adoración nos anima, nos impulsa… 

CONTEMPLATIVAS

en el corazón de la Iglesia

“Orar continuamente al Señor con un corazón puro" (Regla de Santa Clara).

Contemplativas, una palabra casi desconocida entre tanto ruído que significa hacer sitio, lugar propicio para el encuentro con Dios, con los hombres sin fronteras de ningún tipo, un sitio además orante, de búsqueda, de constante trasnformación.

“Observa, considera, contempla, con el anhelo de imitarle, a tu Esposo, el más bello entre los hijos de los hombres” (2 Carta de Santa Clara).

HERMANAS

verdadera familia

“Mantengan entre todas la unidad del mutuo amor que es vínculo de perfección” (Regla X,7).

Somos familia, con lazos muy estrechos. Somos hermanas, hijas de un mismo Padre y Dios, reunidas por Él para vivir el Evangelio en comunidad, caminando juntas...

“Amándoos mutuamente con la caridad de Cristo, mostrad exteriormente por las obras el amor que interiormente os alienta, a fin de que, estimuladas las Hermanas con este ejemplo, crezcan siempre en el amor de Dios y en la caridad recíproca” (Testamento de Sta. Clara)