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Las campanas siempre han formado parte de la vida monástica, desde el siglo V para ser más exactos, siendo más importantes de lo que muchos creen. Su utilidad a primera vista parece simple, o se utiliza para llamar a la oración o para que alguna hermana vaya a donde se le requiere. ¿Sabías que cada una de nosotras, tiene un tipo de llamada para saber que es a ella a quien se le está reclamando?.
Las campanas son elementos expresamente religiosos, estando muchas de ellas bendecidas, con diferentes tamaños y sonidos. Las campanas también reciben un nombre en honor de un santo patrón particular, aunque muchas se nombran en honor de la Santísima Virgen María.
La campana solemniza los momentos más especiales de una comunidad, es como la voz de Dios que te dice ¡Ven!, y dejas cualquier tarea que estés realizando para ir rauda. Existen varias formas de tocar la campana; a vuelo, medio vuelo, a pico y repicando. ¡Cuándo repican campanas algo muy importante ha ocurrido, júbilo común en toda la orden y la Iglesia!
A partir de ahora cuando escuches la campana de un templo, sabrás que te está llamando también a ti, acércate a su casa y regálale un poco de tu tiempo.