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Mateo («regalo de Dios») o Leví, era hijo de Alfeo y fue uno de los elegidos por el señor antes de constituirse el Colegio Apostólico. El apelativo Leví, según algún autor, se debió a tener ascendencia sacerdotal. Mateo, el primer evangelista, era publicano, tal como él mismo dice en su evangelio 10,2 «Los nombres de los doce apóstoles fueron…. y Mateo, el publicano».

De los cuatro evangelistas, san Mateo es quien inicia los libros del Nuevo Testamento, al presentar a Jesús como el Mesías, por medio de quien Dios cumplió las promesas hechas al pueblo de Israel, a través de sus profetas en el Antiguo Testamento.

¡Mateo está con nosotros hoy para fortalecer nuestra fe!

“Al pasar Jesús de allí, vio a un hombre llamado Mateo sentado en la oficina de impuestos; y él le dijo: “Sígueme”. Y él se levantó y lo siguió”. (Mateo 9:9)

El Evangelio según Mateo es el más largo de los Evangelios. De hecho, se compone de veintiocho capítulos, contra veinticuatro de Lucas, veintiuno de Juan y dieciséis de Marcos.

Es también el que da mayor espacio a la misión que Jesús confía a Pedro, de fundar la Iglesia y convertirla en instrumento de difusión de Su Palabra. ¡En proclamar el mensaje del reino de Dios!

Mateo: regalo de Dios.