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Es tiempo de recordar que Jesús muere por nosotros en la cruz, salvándonos del pecado y ofreciéndonos la vida eterna. El color morado tiñe la iglesia y acompañamos a Jesús en su sufrimiento.

Muchas personas aprovechan estos días para ir a la playa o el pueblo, ir a fiestas o celebraciones, otras, buscan el silencio y profundizan en el significado de estos días. Nosotras queremos acompañar a los que hoy día viven un camino de cruz, ya sean por enfermedades u otras circustancias. Mujeres maltratadas, niños que sufren en guerras injustas, aquellos que lo único que tienen para echarse a la boca es un pedazo de solidaridad, personas mayores que viven en soledad y otros tantos…

Hoy no tocan las campanas, no se ofrece el sacrificio eucarístico, las imágenes están tapadas y tampoco se ven adornos en el Altar, el órgano solo suena para dar el tono como luto por la muerte del Señor. Es un día de intenso dolor, pero dolor dulcificado por la esperanza cristiana.

Sabemos que tú vivirás siempre. No solo en el Cielo, también en el Sagrario y por supuesto en nuestros corazones.